Publicado por: Andrea Papp
Creadora del programa "Haz tu negocio compatible con tu vida"
Tiempo de lectura: 4 minutos
A pesar de que somos todos incomparables, a la hora de ofrecer nuestros productos/servicios al público, tenemos que pensar cómo hacerlo.
El objetivo final es vender, claro está.
Pero antes de hacer clic en el botón de "Comprar", hay una serie de detalles que pasan por la cabeza del posible cliente y nosotros tenemos que entenderlo.
Como lo hago con (casi) todo, esta vez también voy a simplificar el tema.
Tratar las dudas por anticipado
Es la frase clave también a la hora de preparar las ofertas.
Vamos a ver qué preguntas pueden surgir antes de comprar tu producto/servicio:
- ¿Habrá otra empresa que ofrece lo mismo
- ¿Qué precio tendrán los demás?
- ¿Qué garantía ofreces?
- ¿Habrá ofertas, regalos, promociones "por allí"?
Si solamente tienes estas preguntas en cuenta cuando creas tu oferta, ya has aclarado las dudas más comunes.
Te habrás dado cuenta de que hablamos de oferta y no del producto o servicio.
Lo primero que tenemos que entender es que otras empresas pueden ofrecer los mismos productos y servicios.
¿Cuál es la solución entonces?
Diferenciarte de los demás.
Como persona eres única. Ahora toca demostrar lo mismo como empresa, como emprendedor/a, como marca.
Según mi opinión hay dos partes que marcan la diferencia:
- la profesional
- la personal
La parte profesional es la más "sencilla" porque supongo que si vendes algo es porque entiendes el tema, eres un/una experto/a en ello.
También pienso que no dudas en formarte continuamente para seguir siendo el/la mejor en tu territorio profesional.
Sabrás como trabaja tu competencia y con esto tendrás claro qué puedes hacer mejor.
Añadiendo este detalle a tu oferta y comunicándolo ya te has diferenciado de los demás profesionalmente.
La otra parte, la especie de tu oferta dará tu personalidad. Sé que es más difícil, porque no estamos acostumbrados a abrirnos en los negocios.
Pero creo que ha llegado la hora de mostrar que somos personas detrás de las marcas y empresas. Somos exactamente iguales y humanos como nuestros clientes.
Es porque ellos podrán identificarse con nosotros y elegir nuestras soluciones.
Sí, hay un riesgo que no caigas bien. También existe lo mismo en la vida personal. Y yo te pregunto: ¿Qué pasará? Absolutamente nada.
Harás negocio con los que están en la misma onda. Será más placentero servirles.
Tendrás menos reclamaciones y más recomendaciones.
Esto se llama servir al cliente ideal.
Sé que es una decisión arriesgada en tiempos cuando no hay nada garantizado... ¿Pero cuándo ha sido algo garantizado en los negocios o en la vida en general?
Entiendo que sobre todo al principio puede dar hasta miedo abrirte y añadir tu esencia personal a tus ofertas.
Pero es por lo que te pueden elegir, así que es mejor pensártelo.
Porque dime: si ves la misma lámpara en dos tiendas diferentes, al final ¿Dónde la compras?
Seguramente donde te atienden mejor, donde son más amables contigo, donde te ofrecen algo extra que no te has esperado, te han hecho reír o te han consolado, han conversado contigo, ect.
Y no es seguro que es la solución más económica.
- Pero te han hecho sentirte bien y a gusto.
- Notaste que estás en buenas manos y que con cualquier duda no te quedarás solo/sola.
- Simplemente te ha caído bien la empresa/la persona a parte de que te han ofrecido algo exepcional.
Por eso ha sido irresistible esta oferta.
Cuando añadimos a la oferta nuestra esencia personal con el objetivo de hacer sentir bien a nuestros clientes, es lo que suele pasar.
Piénsalo.
Es simplemente dar una experiencia agradable y personal a parte de ofrecer una solución profesional.
Los productos y los servicios son los mismos, pero no las ofertas
Estas puedes preparar tú según tu mercado, según la personalidad y necesidades de tus clientes. Sé persona en el negocio también y tus clientes te lo agradecerán.
Una persona incomparable no debe ofrecer algo genérico.
Somos únicos, por lo tanto no debería ser tan complicado crear ofertas únicas y dejar a los clientes que elijan.
La tarta es muy grande, hay para todos. Pero a uno le gusta la de chocolate, al otro la de crema, al tercero la de fruta, con o sin azúcar, sin gluten, con harina blanca o integral, ect.
Si solo quieres atraer a tus clientes con los precios bajos, atraerás a los que solo miran el precio y cuanto vean a otro más barato, ya los podrás olvidar.
Pasa justo al contrario cuando el cliente te llega ya casi como amigo porque había conversaciones, experiencias tan positivas antes o durante la compra que el precio será algo segundario.
Las emociones sobreescriben cualquier precio
Si te sientes bien, le darás más valor al producto y si te hace sentir mal, cualquier rebaja parecerá poca.
Piensa... ¿Solo una empresa vende hamburguesas? ¿Solo una tienda se dedica a vender ropa, lámparas, muebles, baños, ect...?
Solamente hay una persona en tu cuidad que es electricista, albañil, costurero, carnicero, pescadero, ect?
Claro que no... y todos se dedican a lo mismo. Venden el mismo producto, hacen el mismo servicio.
Entonces, ¿Cómo podrán vivir todos?
Será porque los clientes los eligen por una cosa o por otra.
me gusto mucho tu cuestionario y tecnica pero necesito mas como crear marketing
Hola Nancy ?♀️
Gracias por tu comentario, te deseo ¡feliz aprendizaje!